8 feb 2012




Heláronse mis manos al tocar tanto hielo, hielos helados, fríos, puntiagudos. Heláronse mis venas, luego mis tobillos y al fin mi corazón. Desde la baldosa helada, helado hilo de voz diciéndote: ¡helada te quiero!, ¡helada... así soy!

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