27 dic 2008

Al mar llegó y mojó sus pies

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En un lustro de días me voy a Ymcamar.
Ymcamar es como ese techito que te guarece de la lluvia.
Siempre llego mojada, y poco a poco empieza a salir el sol.
Cuando te vas, mágicamente ese sol empieza a seguirte,
va con vos a la pileta y duerme junto a tu cama,
y puede quedarse por mucho tiempo,
pero es como el fuego, hay que avivarlo de tanto en tanto.

En tres décadas de días, vuelvo. Pero cuando vuelva,
no habrá aire, no habrá mar, no habrá, no.


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9 dic 2008

Por qué sigo esta locura:


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No se me ocurre ninguna razón por la que quiera ser cirujana, pero se me ocurren miles para pensar en dejarlo. Te lo ponen difícil a propósito, sus vidas dependen de ti, llega un momento en que es mucho más que un juego. O das un paso adelante o te das la vuelta y te marchas. Podría dejarlo pero pasa una cosa, que me encanta el terreno de juego.


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8 nov 2008

Otra lluvia




- Me gusta la lluvia. Me gusta dormir la siesta toda tapada y escuchar que llueve.
Cuando era más chica, corría a la vereda y dejaba que las gotas me mojaran la cara.
Caminar bajo la lluvia, acompañada de las chispas de agua, los sedientos bocacalles y oír a los autos haciéndole cosquillas a los charcos, me deja el alma quieta.
Me gusta ver los vidrios empañados y el patio vacío de la escuela. Cuando llueve el mundo se esconde y las calles son la pista perfecta para patinar de locura.
La lluvia entra por mis zapatillas y se transforma en una canción húmeda. La lluvia ahuyenta como el olor a vinagre; todos ponen un broche en su nariz y se meten para adentro.
Hay lombrices envalentonadas que salen a explorar.
Hay olor a campo en medianoche.
Salgo a caminar, con las gotas en la nuca, en la cara, en la mirada y con lluvia en los oídos.
Hoy me gusta la lluvia tanto como cuando me empapaba de pies a cabeza.
Hoy me riego con las gotas que caigan.
Hoy soy tierra firme -

20 oct 2008


¿Decías?

Dijiste que todo acabaría rápido, que no nos volveríamos a ver, que la ropa se mojó y hay que descolgarla o dejar que se vuele sola…
Pero seguiste ahí, hablando del amor, de lejanos chispazos, de fragmentos de un libro y lo que es peor, de mi.
¿Qué esperábamos de un efímero amor de zapatillas desatadas?
- Marcas de suelas que no pisaron la arena, no serían posibles.-
-Cámaras grabando un instante, dentro de una mente que no sabe quién es, estarían todo el tiempo apagadas…-
Todo lo que dijiste tan incierto, es como el reflejo de un espejo que enfoca un perfil nunca visto, y deja ver tantas partes desconocidas, un anhelo.
Suena el teléfono constante de la llamada en espera…
Voy a atender y me detengo…
Esperaré a que vuelvas a llamarme en otro tiempo, en otro lugar.

Esperaré.

7 sept 2008

para empezar con el pie derecho

A modo de presentarme, escribí unas breves líneas que no abarcan nada pero son algo de mí.


A la mañana despierto sin lagañas,
me gusta tomar té en una taza de café.
Me paro sobre la cuerda floja,
ni siquiera el viento me hace caer.
No me gusta tocarme los pies con la nariz.
Cuando hago culipatín
cuando miro una película muda
me gusta deslizarme,
por inpensadas locuras.
Ahora bien,
si miro hacia arriba
y el sol no está donde yo quiera,
se me escarchan las ganas de vivir.
Y el deshielo, no es natural.