27 jul 2013
Dos días de silencio y una tarde en el parque
para darme cuenta que el mundo
cabeza abajo, que mi mente
boca arriba, concluyen
en una eléctrica
y delicada
vertical
de la que se baja despacio,
pausado y en silencio
para no lastimarse
de pronto
con tanto ruido
y golpes secos
con los pies en la garganta
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